miércoles, 1 de diciembre de 2010

Los 65 años son el punto de entrada a la edad adulta tardía, la última etapa de la vida, aunque a esta edad, o incluso a los 75 u 85, muchos adultos no se sienten ni actúan como “viejos”.

La mayoría de los ancianos gozan de buena salud física y mental. Las personas que mantienen actividad física mental pueden defenderse por si mismas e incluso aumentar su competencia. El funcionamiento físico y el cognitivo tienen efectos psicológicos que determinan el estado emocional de los ancianos y la posibilidad de llevar o no una vida independiente.

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